jueves, 5 de mayo de 2016

Salmo 22


Otra vez me abandonaste como si fuera un pelagatos,
transito por las calles como un perfecto don nadie.
No tengo vigor alguno y soy estiércol en el polvo.
Dios no es negligente con el requerimiento de un hijo.

En su momento específico, el redimido es levantado.
El único faraón es el Padre y él rige toda movilidad.
El reino de los cielos no posee fisuras ni un final.
El Cordero de Dios se quedó solo, por nuestra salvación.









(24) Al himnario del Salvador
(un poema a cada salmo de la Sagrada Escritura)
http://alhimnariodelsalvador.blogspot.com

De la antología “Las sotanas de Satán”



fin

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