Mi espíritu, alma y cuerpo te ensalzan.
Él es el único y suficiente perdonador y purificador.
Por sus llagas fuimos sanados, restablecidos.
Él rejuvenece, da energías y un propósito.
Moisés, los profetas y sacerdotes fueron la antesala.
Se requiere de obcecación para exasperar al Padre.
El Padre es generoso con los fieles a su Hijo.
El que hace de la Palabra su obra es un elegido.
(24) Al himnario del Salvador
(un poema a cada salmo de la Sagrada Escritura)
http://alhimnariodelsalvador.blogspot.com
De la antología “Las sotanas de Satán”
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