La prosperidad del inescrupuloso es temporal,
precaria y fatal, con un corolario sempiterno carmesí.
El Israel de hoy es la santa iglesia de Cristo Jesús
que el Padre ama, con propósitos distintos y sempiternos.
No envidiaré al deshonesto y reiré al último.
Se consumirán, arderán como pasto, en un tris.
No hay satisfacción en los que desestiman la resurrección,
y la gloria del mundo es un fuego artificial breve.
(24) Al himnario del Salvador
(un poema a cada salmo de la Sagrada Escritura)
http://alhimnariodelsalvador.blogspot.com
De la antología “Las sotanas de Satán”
No hay comentarios:
Publicar un comentario