El que nada en sus riquezas extravió la ruta.
Es casi imposible que un millonario se salve,
porque renunciar a las posesiones es un desafío límite.
El patrimonio no prevalecerá, sólo su sangre.
El camello no pasa por el ojo de una aguja.
En el centro de las tinieblas el dinero no sirve
y la corrupción y el crimen rodean al oro.
La honra al hombre es fútil y se queda acá.
(24) Al himnario del Salvador
(un poema a cada salmo de la Sagrada Escritura)
http://alhimnariodelsalvador.blogspot.com
De la antología “Las sotanas de Satán”
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