Cristo es la roca, la roca total, mi castillo.
Invocaré al Hijo de Dios cada vez que sea necesario.
Él oye mis clamores con amor en toda inclemencia.
Él me capacita para ser un buen infante de marina.
Soy capaz de exterminar los demonios que me pellizcan.
Los incrédulos gritan y ni el viento los considera.
Las rebeliones las trituras una por una, con fuego.
No hay otra roca fuera de Jesús, ni nada parecido.
Al himnario del Salvador
(un poema a cada salmo de la Sagrada Escritura)
http://alhimnariodelsalvador.blogspot.com
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De la antología “Las sotanas de Satán”
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